El caballo es un herbívoro que consume grandes cantidades de forraje y, por lo tanto, tiene una dentición adaptada que le permite recoger y masticar adecuadamente su comida. Sin embargo, con la domesticación de los caballos a lo largo de la historia, su dentición ya no se utiliza de la misma manera, lo que puede provocar molestias o lesiones. Por lo tanto, hay que prestar especial atención a los dientes de su caballo de forma regular. Pero, ¿cómo puedo cuidar los dientes de mi caballo?
¿Cómo se componen los dientes de los caballos?
La dentición se produce muy pronto en el desarrollo de todos los caballos (caballos de cría, caballos de deporte, caballos resistentes, etc.). Comienza en la primera semana después del nacimiento y continúa hasta los cinco años. La dentición final de los equinos consta de 12 incisivos para cortar la hierba, 12 premolares y 12 molares para triturar y masticar los alimentos. En los machos, también hay 4 colmillos (más raramente en las yeguas). Algunos caballos también pueden tener dientes de lobo, que son restos de premolares existentes anteriormente.
Los dientes de los caballos crecen continuamente y normalmente se liman de forma natural al masticar, ya que el caballo pasa más de 12 horas al día pastando en su estado natural. Sin embargo, el estilo de vida en el establo y la nutrición de los caballos (alimentación concentrada y forraje limitado) no les permite reproducir este efecto natural, por lo que los dentistas equinos deben revisar las tablas dentales del caballo con regularidad.
Problemas dentales comunes en los caballos
Algunos caballos pueden tener defectos de conformación de la mandíbula, por ejemplo los caballos que se llaman “begus”. Esto significa que el maxilar superior está más adelantado que el inferior. Como resultado, algunos de los dientes del caballo no están alineados entre la parte superior y la inferior y algunos dientes no se desgastan tan bien como deberían, lo que puede llevar a que se afilen y se lesionen.
Por otro lado, los dientes de lobo también pueden causar grandes molestias a los caballos. Cuando entran en contacto con el bocado, estos dientes provocan un fuerte dolor en la boca del caballo, que, para defenderse, desarrollará reticencias y posiblemente contracturas en varios lugares del cuerpo. Así pues, si observa que las defensas de su caballo actúan o que hay molestias en una mano concreta, puede ser necesario realizar una revisión dental antes de recurrir a un osteópata.
La sobremordida también es un problema común en los caballos. Los dientes que no se liman de forma natural acaban siendo asimétricos y crecen por encima de los demás dientes del caballo. Estos puntos que sobresalen en la boca del caballo pueden provocar lesiones abiertas y resultar muy dolorosas. En este caso, el dentista equino realizará una escofina, que volverá a alinear las tablas dentales y hará que su caballo vuelva a estar cómodo. Es aconsejable que el dentista equino acuda una vez al año para una revisión, ya que los dientes de un caballo pueden crecer a un ritmo de 2 a 3 mm por año. Si su caballo se asusta en algún momento por la presencia del veterinario o el ruido de sus herramientas, puede ser necesario que el veterinario intervenga para sedarlo.
El impacto del envejecimiento en la dentición del caballo
A medida que los caballos envejecen, sus tablas dentales tienden a volverse más suaves y sus dientes se vuelven menos anclados e incluso pueden caerse. Los dientes desgastados y las tablas dentales lisas pueden afectar a la masticación y a la digestión del caballo, lo que provoca efectos adversos como una mala ingesta de alimento, pérdida de peso, etc. Por lo tanto, puede ser necesario cambiar la dieta de su caballo. Para garantizar que se cubren las necesidades energéticas de su caballo, teniendo en cuenta que su dentición está debilitada, puede utilizar una dieta equilibrada. Deja el pienso en remojo durante un rato y utiliza los gránulos húmedos para hacer una papilla y servírsela a tu caballo.