La polilla del caballo es una de las infecciones más comunes en los centros ecuestres y los establos. Tanto en verano como en invierno, este hongo se propaga muy fácilmente entre équidos, pero en algunos casos también puede transmitirse al hombre. Aquí hay algunos consejos para deshacerse de ellos de manera efectiva.
Enfermedad del caballo: ¿qué es la polilla del caballo?
En primer lugar, vamos a descifrar qué es la polilla del caballo exactamente: es una micosis contagiosa que causa lesiones cutáneas en los caballos. Alcanza a los caballos de todas las edades, machos y hembras. Los síntomas de la tiña se manifiestan en zonas desdobladas bien definidas acompañadas de escamas de piel (tiñas secas, las más comunes), cubriendo a medida que la cabeza, el escote y la espalda. Algunas variedades de tiña pueden presentar lesiones supurantes y ligeramente en relieve, se habla entonces de tiña supurada (más raras). En cualquier caso, no provocan picazón.
La polilla del caballo se transmite entre équidos, pero algunos agentes también pueden transmitirse por el suelo. Estos hongos tienen una vida muy larga, ya que pueden estar presentes en el medio ambiente durante casi 18 meses.
Con el fin de diagnosticar la tiña de su caballo, su veterinario tomará una muestra de pelo, que luego se examinará al microscopio en la clínica. Los exámenes podrán incluir también un cultivo microbiológico para determinar el hongo en cuestión y su modo de transmisión (entre équidos y/o a través del suelo). Sin embargo, estos exámenes pueden tardar hasta 4 semanas, lo que hace que el diagnóstico final sea bastante largo.
¿Cuál es el tratamiento?
Una vez realizado el diagnóstico, su veterinario podrá elegir entre diferentes tratamientos. El tratamiento más común contra la tiña del caballo es local, consiste en aplicar sobre las lesiones un antihongos (enilcolazona) o antiséptico a base de yodo, con ayuda de una esponja dedicada al tratamiento, sin enjuagar. Este tratamiento se repetirá cada 3 o 4 días aproximadamente, y debe aplicarse con guantes. En algunos casos graves de tiña del caballo, su veterinario también puede prescribir un tratamiento general a base de griseofulvina, durante unos 10 días.
Además del tratamiento médico, deben observarse numerosas medidas para evitar una propagación del hongo en los demás équidos de su estructura. En particular, su caballo tendrá que tener su propio equipo de vendaje y arnés. Todos sus textiles (alfombras de sillín, mantas, cintas de trabajo, etc.) y cepillos deben limpiarse con Imaveral (dejar reposar en una bolsa durante 2 días antes de enjuagar) o pasarse a la lavadora con un desinfectante. Los équidos con polilla de caballo no deberán en ningún caso entrar en contacto con los caballos sanos. También evita tocar caballos sanos después de tocar casos con la tiña del caballo sin lavarte las manos antes. También habrá que desinfectar los boxes, comederos y refugios frecuentados por los caballos afectados.
Los complementos alimenticios también se pueden administrar a su caballo para favorecer el crecimiento del pelo y reforzar su sistema inmunológico, como por ejemplo la levadura de cerveza.
¿Qué medidas preventivas adoptar contra la tiña del caballo?
Para evitar un retorno de la polilla del caballo a sus establos, algunas medidas pueden ayudarle. En primer lugar, asegúrese de que su caballo no tiene ninguna deficiencia de vitaminas y oligoelementos. La alimentación de su caballo y su estilo de vida deben adaptarse a sus necesidades. En efecto, las afecciones cutáneas tenderán a afectar más fácilmente a los caballos con el sistema inmunitario debilitado.
Asegúrese también de utilizar (en la medida de lo posible) un material único para su caballo, ya que las esporas se transmiten fácilmente de un equino a otro a través de las alfombras de sillín o material de vendaje. Además, asegúrese de desinfectar los establos al menos una vez al año.