Aquí sólo hablaremos del parasitismo intestinal en el caballo para entender mejor la acción de las diferentes moléculas presentes en los fármacos antiparasitarios que recomiendan los veterinarios.
En primer lugar, es importante saber que todos los caballos, sea cual sea su tamaño, albergan parásitos, y esto sin excepción. En la mayoría de los casos, los caballos viven muy bien con estos parásitos (con algunas excepciones) siempre que no superen un determinado umbral que se caracteriza por el número de huevos por gramo de estiércol, este umbral es de unos 200 a 500 huevos/g de estiércol. Este recuento se denomina coproscopia y se basa en el principio de que cuantos más huevos hay, más parásitos hay para ponerlos.
Pero la coproscopia es también una ayuda esencial para orientar el tipo de moléculas a utilizar para la desparasitación mediante la identificación de los parásitos de su caballo, es decir, no todos los antiparasitarios son iguales e incluso están dirigidos a determinados tipos de parásitos (https://equipedia.ifce.fr/en/equipedia-the-universe-of-the-horse-ifce/health-and-animal-well-being/care-prevention-and-medication/prevention/fec)…
Los parásitos se clasifican en tres familias: gusanos redondos, también llamados nematodos, donde encontramos oxiuros y estróngilos (grandes y pequeños), gusanos planos, también llamados cestodos, donde encontramos gusanos de la familia de las tenias, y finalmente artrópodos, donde encontramos todos los gasterópodos.
¿Cómo está infestado el caballo?
Independientemente de la forma en que esté alojado, el caballo está infestado por el entorno externo en el que vive (pasto, box o paddock). El caballo se parasita por la ingestión de larvas o huevos, según el tipo de parásito, que migrarán y se desarrollarán en el interior del tubo digestivo del caballo. Estos parásitos producirán a su vez huevos que infestarán el medio exterior a través del estiércol del caballo. Dentro de un grupo (establo, pasto), los estudios muestran que el 20% de los caballos albergan el 80% de los parásitos.
Algunas reglas para limitar el desarrollo de los parásitos.
La primera acción es interrumpir el ciclo de los parásitos, que es lo que hacemos con los caballos estabulados retirando el estiércol a diario y limpiando y desinfectando sus establos de forma regular y exhaustiva. Si se esparce en zonas de pastoreo, es necesario compostar el estiércol durante al menos dos años. En el caso de los prados y pastos, establezca un sistema de rotación para evitar el sobrepastoreo, que puede complementarse en caso de superficie insuficiente con la recogida de estiércol, o incluso con el encalado del suelo.
Una vez puestos los medios para el medio externo podemos abordar los parásitos internos del caballo, sólo hay una manera: la desparasitación, y aunque la desparasitación nunca elimina el 100% de los parásitos, sigue siendo la única manera hoy en día de evitar altas concentraciones en el animal y las patologías que se derivan de ellas. Pero este acto debe ser razonado y deben respetarse varias normas.
En primer lugar, no hay que subdosificar nunca el tratamiento, que está directamente relacionado con el peso del animal. Existen herramientas para estimar el peso de su caballo con una precisión de +/- 20 kg, hacer una o dos coproscopias en dos o tres caballos del grupo para orientar las moléculas a utilizar y desparasitar si se sobrepasa el umbral (excepto en el caso de las tenias, que se cuelan en esta prueba). Si se desparasita, todo el grupo debe estar desparasitado. Cuando desparasite a sus caballos, póngalos, si es posible, en zonas sin pastar o en un box durante 48 horas y recoja los excrementos. Lo mismo ocurre con un caballo que llega de fuera.
La desparasitación es un acto razonado que debe discutirse con su veterinario en función de su gestión de la cuadra, la edad de sus caballos y las resistencias conocidas. Él le ayudará a establecer un plan de desparasitación teniendo en cuenta todos estos criterios y las nuevas moléculas disponibles en el mercado.