La salud de un caballo debe controlarse a diario, ya que es un animal frágil. A continuación, le presentamos los problemas de salud más comunes que pueden aparecer en su caballo.
Trastornos digestivos
El cólico es la principal causa de muerte en los caballos. Por ello, son muy temidos por todos los propietarios de equinos. Los síntomas de los cólicos en los caballos varían según la forma en que expresan el dolor. Puede reconocer los cólicos en los caballos si los ve revolcarse en el suelo, mirarse los flancos, sentarse como perro, darse palmadas en el vientre con los cuartos traseros o estar tumbado durante mucho tiempo. Si el dolor es intenso, el caballo también puede empezar a sudar.
Los cólicos pueden originarse en varios lugares, como el estómago, el intestino delgado, el ciego, el colon o el recto. Si sospecha que su caballo sufre un cólico, consulte a un veterinario que investigará la causa del cólico y le administrará el tratamiento adecuado. Los cólicos suelen estar relacionados con el estrés, la ingestión de arena, el exceso de alimento seco, las infecciones parasitarias o la aerofagia (caballos que tragan aire).
Enfermedades parasitarias
Los parásitos en los caballos pueden amenazar su salud. En primer lugar, los parásitos externos (por ejemplo, moscas comunes, garrapatas o piojos), cuyas picaduras son dolorosas para el caballo. Las garrapatas pueden transmitir enfermedades como la piroplasmosis o la enfermedad de Lyme. Los síntomas de la enfermedad de Lyme en los caballos no están claramente identificados (fiebre moderada, cojera intermitente, rigidez, uveítis, etc.). Por lo tanto, es bastante difícil de diagnosticar. En cuanto a la piroplasmosis, provoca fiebre muy alta, debilidad, deshidratación, taquicardia, etc. En ambos casos, estas enfermedades pueden permanecer latentes y reaparecer en distintos momentos de la vida del caballo.
También hay parásitos digestivos, que pueden representar un verdadero peligro para la salud de su caballo. Pueden provocar cólicos, diarrea, úlceras gástricas y pérdida de peso. Para evitar los riesgos, es importante desparasitar a su caballo varias veces al año y mantener su historial sanitario al día para poder anticipar los próximos tratamientos antiparasitarios o vacunas que necesite.
Enfermedades respiratorias
Los caballos pueden sufrir problemas respiratorios. Gripe, estrangulamiento, neumonía, enfisema, son en su mayoría enfermedades que su caballo puede contraer tras el contacto con un caballo enfermo, o debido a un entorno propicio para la proliferación de estas enfermedades.
El enfisema es una enfermedad respiratoria del caballo que se extiende desde la tráquea hasta los pulmones. Se corresponde aproximadamente con el asma en los seres humanos. Los principales síntomas son una tos más o menos pronunciada, dificultad para expulsar el aire, secreciones nasales, intolerancia al esfuerzo y dificultad para recuperarse, etc. El enfisema no es curable, pero algunos tratamientos pueden mejorar el estado del caballo. El heno suele estar implicado en el desarrollo de esta enfermedad, especialmente si contiene mucho polvo, moho u hongos.
La gripe, la rinoneumonitis y el estrangulamiento tienen síntomas comunes: fiebre, tos, secreción nasal, pérdida de apetito, depresión, etc. La gripe y la rinoneumonitis son de origen viral y pueden prevenirse mediante la vacunación. El estrangulamiento, en cambio, es de origen bacteriano y suele estar provocado por el estrés.
Problemas ortopédicos
La artrosis en los caballos es una enfermedad que afecta a muchos caballos, independientemente de su edad. Los caballos de carreras y de competición pueden verse afectados desde una edad temprana. Para evitar que se convierta en algo incapacitante, es importante que el caballo trabaje regularmente para mantener la elasticidad de las articulaciones. Los problemas de artrosis en los caballos pueden afectar a las patas delanteras y traseras, el menudillo, el corvejón, las rodillas, etc.
El caballo también puede sufrir problemas en las patas, como abscesos, laminitis o problemas en las palmas. Para ello, el herrador puede intervenir y proponer un calzado ortopédico. Estos corregirán el equilibrio del caballo para aliviarlo.
Los problemas naviculares en los caballos también son frecuentes. Afectan sobre todo a las patas delanteras y pueden tener varias causas. A menudo incurables, las lesiones naviculares pueden llevar a la jubilación prematura de un caballo.
Problemas dermatológicos
Los problemas de piel en los caballos son bastante comunes. La tiña, por ejemplo, es una infección fúngica muy contagiosa que suele propagarse en los establos. Provoca la caída de parches redondos de cabello.
La verruga sarcoidea es otro trastorno cutáneo común. Se manifiesta por la aparición de varios crecimientos bajo la piel del caballo.
La sarna del barro (dermatofilosis) suele aparecer en invierno debido a la humedad del suelo. Provoca grietas en las cuartillas.
En verano, es la dermatitis estival la que puede molestar a su caballo. Se trata de una alergia a la saliva de ciertos mosquitos. Esto provocará un intenso picor y la caída del cabello.
Problemas dentales
Los caballos nacen con una “tensión dental” que crece a lo largo de su vida. Por lo tanto, es muy importante cuidarlos. En la edad adulta, deben someterse a revisiones dentales periódicas, al igual que los humanos, al menos una vez al año. Los problemas dentales en los caballos se manifiestan por la incapacidad de masticar correctamente los alimentos. Los alimentos que no se han masticado lo suficiente no se digieren correctamente. Por lo tanto, la ración diaria perderá su valor. A veces se puede notar un problema con los dientes de su caballo si encuentra “bolitas de heno” en el establo. Los caballos mastican el heno en pequeñas bolas para formar una especie de acolchado entre las mandíbulas y las mejillas y así evitar lesiones, por ejemplo, de dientes irregulares. Es esencial concertar una revisión anual con su dentista equino.
Problemas gástricos
Los caballos son muy a menudo propensos a las úlceras, que pueden tener causas psicológicas (estrés / trabajo / crecimiento) o dietéticas. Por lo tanto, hay que limitar el consumo de cereales. Un alto contenido de almidón provoca hiperacidez en el estómago debido a un pH más bajo. Existen diferentes fuentes de energía: almidón + azúcar / celulosa / grasa vegetal. El consumo diario de heno de hierba (de fibra larga para favorecer la masticación) ayudará a limitar el desarrollo de úlceras gástricas en su caballo.
Un cambio de estilo de vida también puede ayudar a reducir el estrés de un caballo si no es adecuado para él. ROYAL HORSE H 250, H 350 y S 350 (caballos mayores) contienen arcillas y bicarbonato de sodio para ayudar a limitar los problemas gástricos.
Para evitar gastos veterinarios excesivos, puede contratar un seguro médico para su caballo. Al igual que los seguros de salud para humanos, los seguros para caballos ofrecen diferentes niveles de primas y reembolsos. Le aseguran contra diferentes problemas de salud en función del nivel que elija.